Me acuerdo de mis padres quedándose dormidos todas las noches en las butacas de la salita, mientras veían la televisión.
Me acuerdo de ir a ver la obra Cyrano de Bergerac al teatro, la noche que mis compañeros de primero de Historia hicieron la primera cena de la carrera.
Me acuerdo de subir a una atracción de feria llamada Saltamontes con una amiga en las fiestas del Santiago, aplastarnos la una a la otra en el asiento y morirnos de la risa.
Me acuerdo del día después de la matanza, cuando se deshacía el cerdo y se asaban trocitos de carne (que en Galicia llamamos frebas) clavados en un palo. Su sabor era maravilloso.
Me acuerdo del Un, Dos, Tres de Mayra Gómez Kemp.
Me acuerdo de la presentación de una exposición de pintura de Xosé Vilamoure en la que comenzó diciendo que para hablar tenía que sacar la chuleta y la sacó: una chuleta de carne y hueso.
Me acuerdo del look que llevaba Sergio Dalma cuando cantó en Eurovisión, Bailar Pegados.
Me acuerdo de haber amortajado a mi abuela paterna.