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lunes, 9 de diciembre de 2024

Me acuerdo (49)

Me acuerdo de quien me hizo sentir mal innecesariamente.

Me acuerdo de la frase de Bukowski: "encuentra lo que amas y deja que te mate".

Me acuerdo del perro de mis abuelos, cruce de Schnauzer gigante y llamado Klaus, al que mi abuelo solía llamar Landruf.

Me acuerdo de los protagonistas de los cuentos de los libros de texto de lengua, que eran Borja y su amigo Pancete (un oso de peluche).

Me acuerdo de haber visto muchas telenovelas.

Me acuerdo de haber leído muchos libros, pensando que son muy pocos comparado con todo lo que me queda por leer.

Me acuerdo de no saber ubicar las Islas Canarias en el mapa, al pensar que tendrían que estar mucho más cerca de la Península de lo que en realidad están.

Me acuerdo de mi dibujo favorito de Juanjo Sáez, que se llama 'La vida' y que es un hombre que va en una barca hacia unas cataratas y dice "ahora que me lo estaba pasando bien".


lunes, 2 de diciembre de 2024

Me acuerdo (48)

Me acuerdo de tirar toneladas de papel en la mudanza del taller de encuadernación.

Me acuerdo de beber vino tinto en "cunca branca".

Me acuerdo de leer a Ray Loriga en la adolescencia y pensar que era una forma de escribir nueva y diferente.

Me acuerdo de Toby, de Laika, de Pastor y de Nube, los perretes de mi familia.

Me acuerdo de dar mucho y recibir un poco a cambio.

Me acuerdo de la vergüenza que sentía al principio, de enseñar los textos que escribía.

Me acuerdo de escribir la lista de los libros que voy leyendo.

Me acuerdo del sabor de unos yogures del Froiz de naranja con trocitos de chocolate, que sólo vendieron durante una temporada.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Me acuerdo (47)

Me acuerdo de pisar las uvas con los pies, hasta que mis abuelos compraron una estrujadora eléctrica.

Me acuerdo de las bolsas de agua caliente de goma que se utilizaban para calentar la cama.

Me acuerdo de bañarme en las frías aguas de las Islas Cíes.

Me acuerdo a dedicar un curso entero a restaurar una Biblia.

Me acuerdo de escribir montones de fichas con citas de los libros que voy leyendo.

Me acuerdo de estar enamorada y no ser correspondida.

Me acuerdo de no corresponder al amor.

Me acuerdo de pensar lo bien que se está cuándo no te gusta nadie.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Me acuerdo (44)

Me acuerdo de aprender, con mi padre, a cambiar una rueda.

Me acuerdo del espectáculo de luces y sonido que es ver un rallye de noche.

Me acuerdo de quedarme a ver la peli Tomates verdes fritos siempre que la pillo empezada en la televisión, sea la hora que sea y tenga el sueño que tenga.

Me acuerdo del golpe de suerte de un amigo que fue a pagar una compra de ropa y al que le dijeron que, por ser el cliente número no sé cuantos, le salía gratis.

Me acuerdo de disfrutar trabajando.

Me acuerdo de encuadernar algunos libros horrorosos y otros muy interesantes, tanto por estética como por contenido.

Me acuerdo de hablar de libros durante horas con alguna persona a la que también le apasionan.

Me acuerdo de un vecino de la aldea al que mi abuelo no tragaba a pesar de parecer un señor encantador. Cuándo le pregunté por qué le caía mal, mi abuela me dijo que, cuando eran jóvenes, ese hombre, entonces un chico, salía con los falangistas en grupo e iba por las casas a sacar a algunos hombres, para fusilarlos.


lunes, 4 de marzo de 2024

Me acuerdo (9)

Me acuerdo de la masiva manifestación feminista del 8M de 2018, en Vigo, y de cómo nos mirábamos unos a otras sintiendo que allí era donde teníamos que estar.

Me acuerdo de llevar las piernas y las axilas sin depilar.

Me acuerdo de los canarios amarillos trinando en su jaula y poniéndolo todo perdido de alpiste, en la cocina de mis abuelos.

Me acuerdo de haberme disfrazado de Frida Kahlo y del tintineo de mis pendientes y collares, que me hicieron pensar en Carlos Fuentes, quien escribió que, antes de vérsela, a Frida se la oía llegar.

Me acuerdo del banco de herramientas de carpintería que tenía mi abuelo (que no era carpintero) y de un “burro” que construía con troncos, para sujetar los maderos al cortarlos con la motosierra.

Me acuerdo de la cara de pánico de mi mejor amigo una vez que fuimos al cine y le di un billete para pagar la entrada, que resultó ser falso.

Me acuerdo de jugar al escondite en casa de los vecinos y de esconderme en su viejo cuatro latas.

Me acuerdo de haber comprado con total entusiasmo un libro rosa de poesía, que nunca llegó a mis manos.

lunes, 12 de febrero de 2024

Me acuerdo (6)

Me acuerdo de esperar veinte minutos, como máximo, a una amiga. 

Me acuerdo de meter tripa para parecer más delgada.

Me acuerdo de lo bueno que estaba el morro frito del bar La taba, en Albarracín.

Me acuerdo de haber comprado Memoria del Comunismo, de Federico Jiménez Losantos, dedicado.

Me acuerdo de ir sentada en el manillar de una bici, que este se aflojase hacia delante y de salir disparada contra el suelo.

Me acuerdo de vender figuritas para recaudar dinero para una excursión.

Me acuerdo de accionar manualmente el ascensor y volver a ponerlo en funcionamiento, cuando este se quedaba parado entre dos pisos.

Me acuerdo de ver llorar a mi padre y a mi abuelo, por primera vez, el día del entierro de sus respectivos hermanos.

domingo, 8 de agosto de 2021

El mejor verano

Durante el mejor verano de mi vida no hará demasiado calor, ni lloverá. Desayunaré té matcha con jengibre, regaliz, manzana y naranja. Las horas no pasarán demasiado lentas ni demasiado rápidas. No morirá nadie a quien conozca. Llegará tras una primavera llena de secaderos de congrio, de margaritas en los jardines, de silencio. Habrá lecturas y habrá sexo, con placer y protección. Sonará una música suave, quizá Meiuqèr, hará algo de brisa, rozaré con mis piernas el mar. Será el verano de las carcajadas y el llanto, del brillo en los ojos. Conduciré hacia la montaña, cuesta arriba. Comeré sardinas, metidas en medio del pan. Me pintaré las uñas del color de una grosella, saludaré a los desconocidos, temblaré. Durante el mejor verano de mi vida no existirá Dios. Me rodearé de árboles y de helados de fresa. Descansaré sobre  una hamaca. Untaré tostadas con crema de cacahuete. Haré pulseras y collares con conchas marinas. Jugaré con perros y estornudaré con fuerza y alegría. No habrá prisas, el sol se pondrá como siempre, por el oeste y observarlo será un espectáculo efímero y bello. Durante el mejor verano cenaré porque hay luna y bajo ella, me acordaré de todos los momentos en que fui feliz y valió la pena. Recitaré poesía, por primera vez. Y no será un acto cursi ni banal. Será como apoyar los pies en la tierra húmeda y echarse a caminar como una niña, un pie delante de otro. Así, sin más, hacia donde las palabras me lleven.


viernes, 8 de mayo de 2020

Sin bares V

"Desde que no podemos entrar a los bares, pienso mucho más y bebo mucho menos. Me acuerdo de la familia, de los amigos, de los perros que enterré, de aquel libro que compré por Internet y que nunca llegó a mis manos, de la paella de los domingos, del amor. Ahora que tengo tiempo, no sé a qué, ni a quién dedicárselo. Aunque se abren varios caminos, gana por goleada el aburrimiento, un viejo colega que nunca falla el tiro. Aburrirse es como arrojarse por un acantilado, es compartir vida en Instagram, escribir entradas en un blog, rascarse la cabeza, escuchar Todo pasa, de Carla Morrison, una y otra vez. Aburrirse es pensar en los días que quedan por delante, en los intermedios de las lecturas, de las pelis, de las visitas a la nevera. Es salir a tirar la basura, embargada por la emoción. Aburrirse en definitiva, es inevitable. Cierto que tal vez llegue el día en que todo esto acabe y podamos volver al ajetreo de antes, al trabajo, a las tiendas, al bullicio de la barra de bar, pero estoy totalmente segura de que permanecerá en nosotros el recuerdo de este profundo hastío y de cómo lo superamos. Y eso, es algo, que nos hará invencibles. 

sábado, 21 de abril de 2018

miércoles, 21 de febrero de 2018

Alicia Martín

"¿Cuándo se dio cuenta de que el libro es ese objeto universal que le permite hablar con y desde cualquier cultura?"

"Leyendo. En los trayectos de casa a la universidad siempre llevaba un libro, y el hecho de cerrarlo y pensar en lo leído es lo que me lleva a pensar en cómo se adapta a la mano que lo sujeta y, a partir de eso, en que hay tantas lecturas de un mismo libro como personas que lo leen y manos que lo manejan. No partí del "libro de artista", entendido como objeto transformador, sino de una concepción del libro autónoma y activa, que lo convierte en un artefacto. Los artefactos son consecuencia de necesidades sociales y culturales, empleados generalmente para extender los límites materiales del cuerpo."
Mujer hoy, nº 979, 13 de enero de 2018

viernes, 6 de noviembre de 2015

Hombres muertos que caminan (64)


_los libros
Un buen libro
puede hacer llevadera
una existencia
insoportable.


            
Conseguimos mantenerla con vida.
Le producíamos interés, saciábamos sus ansias de cambio, de movimiento, por nuestra conexión y por el grado de intimidad que establecía, como lectora, con el escondrijo más privado de la mente de cada autor.
Nos abría y accedía a ese área restringida del ser humano, de lo cierto, lo interesante, lo nuevo, lo desconocido, lo realmente intenso que hay dentro. Le gustábamos por las acciones, las sensaciones, por el poder ser fuera de si, penetrando en otros, profundizar en ellos, en ella, en lo que no se alcanza pero eriza la piel.

sábado, 1 de agosto de 2015

No sólo libros

    Los libros se escriben, se encuadernan, se venden, se compran, se regalan, se prestan, se restauran, se colocan en las estanterías.
Sí vale, pero este mes, quiero más.
Leámoslo todo. Y a todos :)


miércoles, 3 de junio de 2015

La mujer del tiempo

Tener tiempo libre es un respiro. De verdad. 
Un sentir pasar la vida, pero de buen rollo, oye. No como lo otro, que es lo que le pasa a la mayoría de las personas que no lo tenemos. Que sentimos que nos pasa, pero por encima. Tipo apisonadora. Nos deja lisos y llanos, como en los dibujos. 
Luego, de repente, sin que nadie haga nada, volvemos a inflarnos, volvemos a ser y todo se convierte en felicidad y dicha, porque, como decía aquel anuncio de Pringles, cuando haces pop, ya no hay stop. Así que dejémonos pisotear un poco, que ya llegará nuestro momento. 
O no. 
Pero aquí por soñar... hasta con guitarras nuevas por Navidad ;).

Mi briconsejo de hoy es que todo aquel que tenga tiempo, respire. Sin rencores oye, que eso lo que te provoca es el clásico sarpullido que luego se convierte en sarna y luego te sale una úlcera en el estómago y ya te digo que es una liada porque te recetan un montón de pastillas y por lo que me cuentan, a la industria farmacéutica le va bastante mejor que a mí, que lo que tengo es nada, además de mucho tiempo libro :). Así que respiremos y leamos. 
Es que soy una adicta. Zoy una vizioza ;).

Os juro por Snoopy que si yo lo tuviera, digo tiempo, leería más. Pero muchísimo más. Y a tiempo. Haría lo que me diese la gana y sería mucho más feliz. Escucharía cancioncillas tiernas, me creería a los políticos. Pero claro. La jornada partida, el super, el limpiar cristales, la plancha, la aspiradora. Craso error. Y digo Craso, en alta, que el pavo también tenía su corazoncito latente bajo el pecho. Tanta higiene, tanto pasar el mocho. Error. Y es que te pierdes lo mejor, las últimas novedades, los trillones de ejemplares que ha vendido no se quién, cómo va lo de la dichosa independencia de Cataluña. Te enteras de los porqués. Alcanzas la cumbre.

Pero cada uno tiene la vida que tiene. Y aunque en la mía, como en la de Lisa Simpson, hay bastante tiempo libro, el libre nunca me alcanza, no es suficiente. Así me arreo estos golpes que se te pone el pie amarillo y luego morado y luego azul y tienes que echarle Betadine a chorros, que ni las lágrimas de Rihanna en la bañera. Es un puto dolor que te paraliza, joder. Y todo el que tenga dedo meñique y marcos en las puertas, lo sabe. Así que algo coja, pero caminando. Que hay que tirar del puto carro.  
Yo preferiría tumbarme a lo Bartola y leer, pero nada. 

Es que soy muy muy muy rara. Rara de cojones. Pero Me gusta ser. 
Así que, si hoy mismo tuviese algo de tiempo libre y fuese, por ejemplo, lisa y amarilla como un dibujo, haría algo raro-raro-raro, en apoyo a todos los que han sido, son y serán un caso a estudiar. Como el padre de Julio Iglesias, que además, era un cachondo :). 

Ahora mismo ahora mismo ahora mismo, momento en el que tengo dos minutos de respiro, lo que quisiera, lo que de verdad Me gustaría, sería apoyar esta cabecita, repleta de púas, sobre la tierna barriguita de mi padre :).

martes, 12 de mayo de 2015

Hoy sol

Camino y sigo algo gris, más morada que rosa.
Llevo una caja, lleva libros viejos y enfermos, pero existe la cura :).
Me llaman. 
Dicen que espere, 
que me recogen, que no siempre me va a tocar perder. 
Me invitan a comer. Digo que no.

Me siento, observo y escucho. 
Una chica toca el violín. Es Alfonsina y el mar. 
Me acuerdo de Mercedes Sosa, del barrio del Calvario 
y de la cara y la voz de alguien que me la cantó cuando cumplí 30 años. 
Pienso en
 cómo no sabemos cuánto podemos llegar a querer a una persona
hasta mucho tiempo después,
 cuando ocurre algo que nos muestra su valor.

Pago el café. 
Apoyo calderilla sobre la funda del violín. 
La chica no mira mi mano, sino a mí y me dice: gracias. 
Le sonrío. Sólo lo pienso: a ti.