Me acuerdo del mono de peluche que llevaba colgado en el coche mi amiga Carmen, al que le pusimos el nombre de Spike, como el colega guarrete de Hugh Grant en Notting Hill.
Me acuerdo de no tener teléfono en casa.
Me acuerdo de quitarle el contenido a las empanadas para comerme sólo la masa.
Me acuerdo de una vecina de mi aldea, que se cardaba tanto el pelo que parecía que llevase un nido en la cabeza.
Me acuerdo de quedarme dormida en una cama sobre un Pilot azul turquesa y de que este destiñese en parte de la sábana, ganándome el apodo, desde entonces, de Peggy Blue.
Me acuerdo de hacer una especie de comecocos de papel y pintarlo de colores.
Me acuerdo de meter una moneda en una máquina tragaperras y ganar algo de dinero y de cómo un amigo me miraba pensando que era una ludópata.
Me acuerdo de comprar sellos en un estanco y de pegarlos en el sobre pasándolos primero por la lengua.
Me acuerdo cuando llegó la electricidad al pueblo de mis abuelos.
ResponderEliminarMe acuerdo de comprar los burmarflax de cinco pesetas.
Ma acuerdo de pensar lo bien que lo pasaba trabajando y pensar que incluso me pagaran por ello.
Me acuerdo de conocer a Espinete y Don Pimpon y sacarme una foto con ellos.
Me acuerdo de cuando el circo se instalaba al lado de mi casa , ver a los elefantes por la calle y todo tipo de animales paseando.
Me acuerdo de ver a Mecano en las fiestas del corpus.
Conociste a Espinete y Don Pimpón¡!¡ Tú juegas en otra liga, barrilete¡! Jajaja
EliminarMuchas gracias por recordar y comentar. Me has generado algún recuerdo también¡!
Recordo apoiar a cabeza no vidro da ventá da cociña ollando cara á rúa na que, extrañamente, aquela mañan non había sinais de vida; o sol sobre o muro proxectaba a sombra de sempre. Supoño que, por unha especie de desazón absorbida, pregunteille á miña nai mentres cociñaba qué ía pasar agora. Seica Franco cascara por fin e para min, con nove anos non significaba nada.
ResponderEliminarNon está mal esa lembranza. Unha grande pegada para a humanidade :).
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