martes, 24 de noviembre de 2015

Hombres muertos que caminan (82)


_la alegría
Necesitamos la alegría para evitar que se nos parta el corazón.

Era una optimista.
Ella decía que no. Pero hacía lo contrario. Su acción era a favor del sí, a favor de la alegría.
Algo pasó. Algo que la marcó, que le hacía repetir que era una pesimista, pero no. En todo caso, era la pesimista más optimista que haya conocido. Era una lucecita pálida.
           Creo que la comprendo. Algunas personas, sentimos demasiado. Creo que a ella le pasaba, no sé cómo explicarlo... creo que sentía... los dolores del mundo. Tenía esa facilidad para ponerse en el lugar de los demás, incluso sin querer. No sé, creo que era hipersensible. Y eso es muy bueno cuando te pasan cosas buenas y lo peor, cuando no es así, que es casi siempre. Porque la vida es una continua pérdida, una constante decepción que te va minando y que te sugiere que mejor vayas perdiendo las ganas de vivir.
Pero era una tía alegre. Resistente. Vitalista. De esto no hay duda. Hasta cuando te hablaba de lo peor, hasta cuando te decía que la vida es una casposa mierda, te sacaba una sonrisa. Era una tía potente, con algo dentro, con pena dentro. Una tía interesante y con sentido del humor a la que machacaban con frecuencia porque sabían eso, que se reiría, que sacaría el lado bueno, que aguantaría sin rechistar.
Pero nadie es tan fuerte. 
Deberíamos ser más cuidadosos, en general, con los demás, porque aunque lo parezca, nadie es de acero. Nadie lo resiste todo. Y tampoco creo que sea necesario hacerlo.

1 comentario:

  1. El otro día me paré a mirar el escaparate de La Casa del Libro, por si ya tenían el último libro de James Rhodes. A mi lado se paró un amigo y me preguntó que qué hacía. Le conté un poco la historia que he leído en entrevistas que le han hecho a este pianista, que escuchaba a Bach. Una historia dura.Durísima.
    Mi amigo me dijo: Su, te leo en el blog. Tb es dura esa historia. Porque habla del suicidio y tal.
    Varios amigos están preocupados, porque escribo en primera persona. Es que me gusta escribir en primera persona. Sin más rollos. Pero me gusta aún más que mis amigos se preocupen por mí. Por eso son mis amigos, imagino, porque soy una egoísta de mierda :).

    NO me voy a suicidar :).

    Así que, para tranquilizarlo, por si algo me sucediese y Aunque Parezca un Accidente, le he dicho que se ponga en estado de MÁXIMA alerta (es que ha repuntado el tema de la violencia y los robos en Vigo, aunque ya lo están combatiendo. Joder avancemos un poco, que esto es el siglo XXI, las personas pueden cambiar ¿no?) y grite hasta quedarse sin voz que lo hagan invesTigar, con t mayúscula e intercalada :), vamos.
    Ya casi es Navidad, época que ni fu ni fa, pero tampoco tan fa como para darle ese disgusTo a una madre, con lo que le duelen los partos y las cesáreas.
    Como mucho, cogeré un catarro. No me libro :) ningún maldito invierno.
    Así que voy a comprar NARANJAS.

    Y a permanecer con vida :).

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