_la
ironía
Si
no quiere vivir, es que se ha muerto.
Morirse
no puede ser tan malo.
Vale que la situación presenta algún
que otro inconveniente. El principal: ignorar qué va a pasar
contigo, perder el poder sobre todo, sobre ti mismo. Quiero decir que
no sabes a dónde vas, ni por, ni para qué, si estará oscuro, si
oirás algo o si será como desenchufar una lavadora.
Lo secundario: que otros decidan tu
vestuario y tus flores.
Por eso es mejor preverlo todo. Un par
de gomas amarrando las extremidades para controlar esfínteres, los
dientes bien cepillados, las piernas rasuradas y el triangulito bien
hechito. Que te encuentren con el sobaco depilado y sin agujeros
vergonzosos en los calcetines, para evitar comentarios insolentes.
Regalarles una muerte limpia, decente,
elegante... como si no lo fuese. Para que le pierdan el respeto y no
se echen atrás, cuando les llegue la hora.
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