_los
libros
Un
buen libro
puede
hacer llevadera
una
existencia
insoportable.
Conseguimos mantenerla con vida.
Le producíamos interés, saciábamos
sus ansias de cambio, de movimiento, por nuestra conexión y por el
grado de intimidad que establecía, como lectora, con el escondrijo
más privado de la mente de cada autor.
Nos abría y accedía a ese área
restringida del ser humano, de lo cierto, lo interesante, lo nuevo, lo desconocido, lo realmente intenso que hay dentro. Le gustábamos por las acciones, las sensaciones, por el poder
ser fuera de si, penetrando en otros, profundizar en ellos, en
ella, en lo que no se alcanza pero eriza la piel.
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