corazones
de papel_
Reconcíliome
coa vida mascando o corazón de papel.
¿É
dixestiva esa felicidade?
No
había conocido a nadie que regalase libros con tanta frecuencia.
Pero puede suceder que por casualidad, al menos una vez en la vida,
encuentres a un ser que haga algo a cambio de casi
nada, y no quieras perderlo de vista nunca más.
Siempre quise
preguntarle cómo y por qué las elegía. Aquellas palabras anotadas
en pequeños recortes de papel que iban a parar al interior de una
tulipa pintada a brochazos. Unas estaban repletas de tristeza, otras
de picardía, y las demás eran el simple reflejo de lo cotidiano y
de la vida.
No seleccionaba
previamente al afortunado, sino que dejaba ese encargo al azar y a
las propias palabras, que todos los días nueve a las nueve de la noche,
repartía entre quienes lo acompañaban. Sólo
aquella que coincidiese con la que alguna mano no inocente extraería
de una tulipa, se llevaría el premio y en consecuencia, el paso a
nuevas palabras, que aguardarían pacientes la siguiente ocasión.
En cada entrega,
capturaba el alma del afortunado con una Polaroid, a quien
proporcionaba, además de alegría y curiosidad, alimento para su
corazón de papel.
¿Son
culpable de querer morar na cociña das formas e das cores?
¿A
subxectividade da pintura é inocua?
¿Comunicarei
algo?
-
Si
-
Non
-
Si
-
???
Non
hai máis preguntas.
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