miércoles, 11 de noviembre de 2015

Hombres muertos que caminan (69)


corazones de papel_
 Reconcíliome coa vida mascando o corazón de papel.
¿É dixestiva esa felicidade?

          No había conocido a nadie que regalase libros con tanta frecuencia. Pero puede suceder que por casualidad, al menos una vez en la vida, encuentres a un ser que haga algo a cambio de casi nada, y no quieras perderlo de vista nunca más.
Siempre quise preguntarle cómo y por qué las elegía. Aquellas palabras anotadas en pequeños recortes de papel que iban a parar al interior de una tulipa pintada a brochazos. Unas estaban repletas de tristeza, otras de picardía, y las demás eran el simple reflejo de lo cotidiano y de la vida.
No seleccionaba previamente al afortunado, sino que dejaba ese encargo al azar y a las propias palabras, que todos los días nueve a las nueve de la noche, repartía entre quienes lo acompañaban. Sólo aquella que coincidiese con la que alguna mano no inocente extraería de una tulipa, se llevaría el premio y en consecuencia, el paso a nuevas palabras, que aguardarían pacientes la siguiente ocasión.
En cada entrega, capturaba el alma del afortunado con una Polaroid, a quien proporcionaba, además de alegría y curiosidad, alimento para su corazón de papel.

¿Son culpable de querer morar na cociña das formas e das cores?
¿A subxectividade da pintura é inocua?
¿Comunicarei algo?
- Si
- Non
- Si
- ???
Non hai máis preguntas.

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