lunes, 18 de marzo de 2024

Me acuerdo (11)

Me acuerdo de ir escuchando los podcasts de Isabel Coixet, Alguien debería prohibir los domingos por la tarde, y Grandes Infelices, de Javier Peña, los domingos, en el bus, rumbo a Vigo.

Me acuerdo de la gracia que me causa ver a  los perros comer hierba.

Me acuerdo de cuando se te quedaba enganchado el pelo en los remaches de las sillas del colegio.

Me acuerdo de los calendarios de bolsillo con chistes picantes.

Me acuerdo de los maravillosos ojos verdes de Gael García Bernal en Amores perros.

Me acuerdo del tapón naranja del lavavajillas Mistol.

Me acuerdo del helado al corte.

Me acuerdo del día de la muerte de mi madre.

lunes, 11 de marzo de 2024

Me acuerdo (10)

Me acuerdo de los pantalones de campana. 

Me acuerdo del baño de la casa de una amiga, con azulejos de diseño de corazones amarillos, de Ágatha Ruiz de la Prada.

Me acuerdo de un profesor de literatura que teníamos en el instituto y de preguntarme por qué lo llamarían Bomper.

Me acuerdo que mi madre zurcía los calcetines metiéndoles una bombilla dentro. 

Me acuerdo de reírme a carcajadas con una amiga que tenía un aparatito que distorsionaba voces.

Me acuerdo de imaginarme a la gente cagando o follando.

Me acuerdo de oír a mi hermano decir, que “o tienes jardín, o tienes perros”.

Me acuerdo de no lograr aprender a andar en monopatín.

lunes, 4 de marzo de 2024

Me acuerdo (9)

Me acuerdo de la masiva manifestación feminista del 8M de 2018, en Vigo, y de cómo nos mirábamos unos a otras sintiendo que allí era donde teníamos que estar.

Me acuerdo de llevar las piernas y las axilas sin depilar.

Me acuerdo de los canarios amarillos trinando en su jaula y poniéndolo todo perdido de alpiste, en la cocina de mis abuelos.

Me acuerdo de haberme disfrazado de Frida Kahlo y del tintineo de mis pendientes y collares, que me hicieron pensar en Carlos Fuentes, quien escribió que, antes de vérsela, a Frida se la oía llegar.

Me acuerdo del banco de herramientas de carpintería que tenía mi abuelo (que no era carpintero) y de un “burro” que construía con troncos, para sujetar los maderos al cortarlos con la motosierra.

Me acuerdo de la cara de pánico de mi mejor amigo una vez que fuimos al cine y le di un billete para pagar la entrada, que resultó ser falso.

Me acuerdo de jugar al escondite en casa de los vecinos y de esconderme en su viejo cuatro latas.

Me acuerdo de haber comprado con total entusiasmo un libro rosa de poesía, que nunca llegó a mis manos.

lunes, 26 de febrero de 2024

Me acuerdo (8)

Me acuerdo de un Furby que mi hermano trajo a casa. Se lo había prestado una compañera de trabajo (era de su hijo), porque no lo soportaba más. Le metía unos sustos terribles a mi madre cuando se despertaba y se ponía a hablar, cantar y bostezar. Tatarátarata tuturúturu brunbrunbrun.

Me acuerdo de mear en el mar.

Me acuerdo del olor del mueble bar del comedor de la casa de mis abuelos maternos y de cómo este perdura pasados los años.

Me acuerdo de haber comprado un gorro de colorines y de la sensación de felicidad que me causó ponérmelo y caminar calle abajo con él.

Me acuerdo de las sábanas de algodón frías, casi húmedas, en los inviernos de la aldea.

Me acuerdo de querer ser profesora.

Me acuerdo de probar un queso con sabor a pies en casa de un amigo.

Me acuerdo de coger por capítulos Los Hollister, en la antigua Biblioteca Pública de Ourense y leerlos y releerlos una y otra vez, de niña.

lunes, 19 de febrero de 2024

Me acuerdo (7)

Me acuerdo de las tormentas tremendísimas vividas en Praia do Cassino, la playa más larga del mundo.

Me acuerdo de la enorme cuesta que había que subir todos los días para ir al colegio.

Me acuerdo de mi madre cayendo de rodillas sobre una bolsa con huevos que acababa de quitarle de las manos a mi hermano para que no los rompiese.

Me acuerdo de los conciertos de verano en el Parque de Castrelos, en los que se reúnen miles de personas.

Me acuerdo del pozo de la casa de mis abuelos y de cómo estaba cubierto por una pesada plancha de metal sobre la que poníamos la cena en verano.

Me acuerdo de la muñeca tiritona que me regalaron mis padres de pequeña, y que temblaba cada vez que la metías en el agua.

Me acuerdo de la cestita con compresas y tampones que hay en el baño de mujeres de la cervecería Moucho.

Me acuerdo de que cuando mi compañero de trabajo se enteró de que era esquizofrénica, no me dijo nada, pero me regaló un lápiz rosa.

lunes, 12 de febrero de 2024

Me acuerdo (6)

Me acuerdo de esperar veinte minutos, como máximo, a una amiga. 

Me acuerdo de meter tripa para parecer más delgada.

Me acuerdo de lo bueno que estaba el morro frito del bar La taba, en Albarracín.

Me acuerdo de haber comprado Memoria del Comunismo, de Federico Jiménez Losantos, dedicado.

Me acuerdo de ir sentada en el manillar de una bici, que este se aflojase hacia delante y de salir disparada contra el suelo.

Me acuerdo de vender figuritas para recaudar dinero para una excursión.

Me acuerdo de accionar manualmente el ascensor y volver a ponerlo en funcionamiento, cuando este se quedaba parado entre dos pisos.

Me acuerdo de ver llorar a mi padre y a mi abuelo, por primera vez, el día del entierro de sus respectivos hermanos.

lunes, 5 de febrero de 2024

Me acuerdo (5)

Me acuerdo de haber comprado, a mi pesar, dos edredones rosas para las camas gemelas de casa de mis padres.

Me acuerdo de lo que me gustan los chicharrones del Dos Puertas

Me acuerdo de haber visto muchas telenovelas.

Me acuerdo de caminar por una avenida hacia el hospital, sintiéndome sola y desamparada, la madrugada que intubaron a mi madre y le indujeron un coma.

Me acuerdo de beber agua del grifo del taller de encuadernación mientras mi compañera de trabajo me advertía de que eso me iba a matar.

Me acuerdo de no sentir deseo alguno por mi pareja.

Me acuerdo de quitarle las pegatinas a las mandarinas y pegármelas como si fueran uñas largas pintadas.

Me acuerdo del camino a la playa con mis padres, mi hermano y un amigo escuchando un cassette de Modern Talking, en el coche.

lunes, 29 de enero de 2024

Me acuerdo (4)

Me acuerdo del mono de peluche que llevaba colgado en el coche mi amiga Carmen, al que le pusimos el nombre de Spike, como el colega guarrete de Hugh Grant en Notting Hill.

Me acuerdo de no tener teléfono en casa.

Me acuerdo de quitarle el contenido a las empanadas para comerme sólo la masa. 

Me acuerdo de una vecina de mi aldea, que se cardaba tanto el pelo que parecía que llevase un nido en la cabeza.

Me acuerdo de quedarme dormida en una cama sobre un Pilot azul turquesa y de que este destiñese en parte de la sábana, ganándome el apodo, desde entonces, de Peggy Blue.

Me acuerdo de hacer una especie de comecocos de papel y pintarlo de colores.

Me acuerdo de meter una moneda en una máquina tragaperras y ganar algo de dinero y de cómo un amigo me miraba pensando que era una ludópata.

Me acuerdo de comprar sellos en un estanco y de pegarlos en el sobre pasándolos primero por la lengua.