Me acuerdo de los suicidios de varias personas conocidas.
Me acuerdo de la primera vez que fumé en pipa.
Me acuerdo de las playas de Uruguay, cuya agua forma muchísima espuma, de manera que parece que al bañarte en ellas te metes en un capuccino.
Me acuerdo de haberme quemado el dorso de la mano derecha con el agua de la plancha y de como la marca me duró años.
Me acuerdo de haber mentido pocas veces.
Me acuerdo de aprender a conducir en el camino que iba de la iglesia a casa de mis abuelos, con mi padre de copiloto, en un Seat 127 blanco.
Me acuerdo de encontrar un zurullo descomunal en un baño público y pensar de que dimensiones sería el cuerpo que lo albergaba.