jueves, 29 de octubre de 2015

Hombres muertos que caminan (56)


_maneras de vivir
Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años.

Somos demasiados los que no podemos hacer otra cosa que no sea vivir de la manera en que nunca quisimos, porque todo está como pautado y no tenemos el valor de darle la vuelta.
Cada año que pasa es peor. Problemas, obligaciones, una familia por la que velar, las relaciones, el trabajo. Es tan complicado no dirigirse hacia donde caminan todos, esa masa que te arrastra y por la que te dejas guiar... Es que es como flotar en el mar, mucho más sencillo. No nadar a contracorriente mientras te observan bajo la sombrilla y te berrean que dejes de hacer el imbécil, que ya te lo decían ellos, que te ibas a ahogar.
El socorrista se acercará para el boca a boca, que para eso le pagan, pero no te dejarán repetir la escena. Los médicos están aquí para dirigirte, igual que los abogados, los periodistas, los curas, los parientes, los guardias civiles, los funcionarios de hacienda, el carnicero, hasta las vendedoras de bisutería saben mejor que tú lo que te conviene, que si llévate el pendiente color bronce que combina con tu cabello dorado como los rayos del sol y esos ojos color miel, cuando en lo que piensan es en largarse cuanto antes a la calle porque en la tienda hace demasiado calor.
Y tú te dejas aconsejar, envuelta por las circunstancias y el papel de regalo. Con toda esa seguridad, que cabe en cuatro bolsas de papel.
Aparentando la vida.

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