la
muerte_
Todo
el mundo sabe que va a morir,
pero
nadie se lo cree.
Me pregunto a qué
diablos sabrá la muerte.
Me intriga todo en
ella y ya no la temo. Sé de su color oscuro y barnizado, del tacto
plasticoso, acolchado y hortera, de su olor a invernadero, a ausencia
y a cerumen de oído. Observo su rostro deforme, las facciones
hundidas, los labios morados, sus ojos congelados.
Es la pelona de
los mexicanos, la sombra de pólvora de los sicarios, un orgasmo, la
guadaña, el postre del gusano, un recibo de la luz. La pérdida de
lo que algún día fuimos y la viva imagen de lo que uno nunca
quisiera llegar a ser. Una tarde de domingo, un NO. Una cisterna
vacía. Un simple corazón, que se detiene.
Sé que está ahí,
allí, que madruga y trasnocha, que a veces se olvida, que siempre
regresa. Es lo real, es lo seguro, es la meta. Sé que la muerte no
muere.
La muerte, es mi
órgano vital.
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