jueves, 3 de diciembre de 2015

Hombres muertos que caminan (91)


la muerte_
Todo el mundo sabe que va a morir,
pero nadie se lo cree.

Me pregunto a qué diablos sabrá la muerte.
Me intriga todo en ella y ya no la temo. Sé de su color oscuro y barnizado, del tacto plasticoso, acolchado y hortera, de su olor a invernadero, a ausencia y a cerumen de oído. Observo su rostro deforme, las facciones hundidas, los labios morados, sus ojos congelados.
Es la pelona de los mexicanos, la sombra de pólvora de los sicarios, un orgasmo, la guadaña, el postre del gusano, un recibo de la luz. La pérdida de lo que algún día fuimos y la viva imagen de lo que uno nunca quisiera llegar a ser. Una tarde de domingo, un NO. Una cisterna vacía. Un simple corazón, que se detiene.
Sé que está ahí, allí, que madruga y trasnocha, que a veces se olvida, que siempre regresa. Es lo real, es lo seguro, es la meta. Sé que la muerte no muere.
La muerte, es mi órgano vital.

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