domingo, 4 de octubre de 2015

Hombres muertos que caminan (31)


la miseria_
Aunque sonrían las estadísticas,
se jode la gente.
Algunos viajes te cambian la vida.
Cuando marchas crees que todo lo miserable queda atrás, pero en destino descubres que por ahí tampoco pasó el camión de la basura y que el suelo que pisas está plagado de chicles aplastados.
Ves a la niña de cuatro años medio desnuda, apestosa y piojosa. Abandonada en la calle, sola, con su hermano de meses en el regazo, llorando a moco tendido.
Ves al hombre de sesenta años, traje y corbata. El cartel que cuelga de su cuello durante diez horas. Su primer día de trabajo. Y ya anuncia cortes de pelo a precios increíbles.
   Ves a una mujer que no te ve. Y algunas letras de pintura blanca sobre una caja de cartón: TENGO HAMBRE.
        Ves tu cuenta de correo. La guineana, a la que ya no escribes, te pide condones. Se ha enamorado. Y un embarazo allí, es como una muerte a tres.
        Dejémonos de discursos hipocritillas. Salud y dinero, que todo lo demás, se puede comprar.

Y se compra.

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