la
locura_
Sólo
para locos.
Por
favor, dádme algo que me ayude a dormir, algo que borre todos los
malos momentos que componen este todo que me destruye, que me preste
su calor una mano amiga, que por favor me acaricie sin forzarme a
rogar. Concededme el silencio de los cementerios cuando me encuentro
ya invadida por los gusanos y dejadme un espacio donde llorar, un
hueco sobre el que volcar mis lamentos a gritos, sin hacerme sentir
como una desequilibrada.
Yo soñaba que era
libre y diferente y deseaba una entrevista con Quintero, quería
hablar con alguien que fuese como yo, con un perro verde, con un loco
en lo alto de una colina. Quería enamorarme de Panero antes de que
muriese, segarme una oreja y salpicar las paredes con el amarillo que
palpita por las venas de los esquizofrénicos. Dormir en la casa azul
y mostrarle al mundo mis entrañas hechas migajas, acunarme en los
inquietantes bigotes rocococos y vaciarle a Bellver el contenido de
su cabeza. Yo quería ser como el asqueroso aliento de Bukowski, para
verme frente a él y sostenerle la mirada y poder llamarlo loco,
loco, loco, alabarlo hasta morir...
Pero lo que
empieza mal termina peor, así que ignoradme, olvidad que pertenecí
a este mundo y llenad vuestra memoria con fantasías que engrandezcan
vuestras mentiras.
Para mí los
sueños se acabaron. Me desperté a base de golpes.
Me gusta esa parte de sentarse frente a Bukowski... aguantarle la mirada y llamarle loco...
ResponderEliminarBukowski no estaba loco (digo yo, vamos). Pero detrás de su comportamiento, había un porqué. Ese ¿por qué? es lo que me interesa.
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