Te
dicen que si azagallas, que si bifaz, que si de quién cojones
descenderemos. Que si el menhir, que si el torque, que si los túmulos
funerarios, que si la Venus esteatopigia Auriñaciense. Que no era ni Venus, ni esteatopigia, ni Auriñaciense. Y tú asintiendo, sí, sí,
claro, claro, pensando en que estás jodida porque te has perdido el
último capítulo de Mi gorda bella, que es justo el mejor y el más
justo, cuando la tipa se quita el aparato de los dientes, se incrusta
un vestido imposible y se queda con el jefazo. O a ver qué va a ser
ésto.
Pero
de repente, una anécdota. Un chispazo que prende la llama de tu
atención. La Cultura Pebble. Ya sabéis, nos dice, Pebble, como la
pequeña de Los Picapiedra. Lo dice en gallego, con ese tono en la
voz que suena menos, que suena más suave: a
pequena dos Picapedra
:).
Ocho
y media de la mañana. Clase de Prehistoria.
Diez almas apoltronadas
en diez sillas de plástico con palas. Y ese tío, con sus canas, sus
vaqueros y su camisa azul remangada hasta los codos, lo consiguió. Captar nuestra
atención. Que lo recordemos por aquel detalle, por aquel link a
nuestra infancia, que a esa hora imposible, y a cualquiera, te hace
sonreír.
La
semana pasada pensé en escribir este post.
Ésta, le ha ocurrido
algo bueno. Su foto ha aparecido de pleno en mi muro de Facebook, que
sirve para algo, aunque yo lo diga ;). Así que no es casualidad que
le haya calzado un Me gusta (soy adicta), porque creo que algunas
personas, personas que lo son, como ésta, se merecen todo lo bueno
que aún pueda pasarles. Joder ya.
Enhorabuena :)))))).
Pebbles es lo que voy a muestrear yo por esos rios del mundo!!(cantos!)
ResponderEliminarEs que eres muy guijarra!!
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