Tengo
el clásico amigo moderno y el clásico par de tetas de siempre.
A
veces llego a casa y me las toco, como mi buen amigo se imagina. Porque
hasta los más modernos lo hacen, creedme. Y hasta los más clásicos
pares de tetas se dejan tocar, llamémosle rutinaria búsqueda del
mundano placer.
Que
no son para tanto, le digo cuando las reta con la mirada.
Tampoco
para menos, me responde ojiplático. Tampoco para menos.
Y
es que a veces, tiene el día tontorrón. Que se recree ;).
Sabes
que en cuanto mueras entraré al depósito a tocártelas, ¿no?
Yo
me río y me lo imagino. Pues eso
espero, la verdad.
Y es que se lo debo. Me
ha querido siempre tanto, TANTO, que en alguna ocasión he deseado morirme, sólo para
hacerlo feliz :).
jajaja!!!!
ResponderEliminarCantando: felicidad qué bonito nombre tienes... (La Cabra Mecánica)
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