Me acuerdo de cruzar el Río de la Plata en barco.
Me acuerdo que en las bolsas de pipas, el toro decía al morir: “Siento dejar este mundo sin probar pipas Facundo.”
Me acuerdo del pediatra Federico Martinón.
Me acuerdo de los carretes de 24 fotos y de las tiras de negativos que venían con ellas cuando las revelábamos.
Me acuerdo de mi madre cosiendo miles de kimonos en nuestro patio de luces, que estaba lleno de vivos e hilos de colores.
Me acuerdo de la primera vez que me dieron un premio literario, y de como, al tomar la palabra, me temblaba la voz.
Me acuerdo de la primera vez que probé un kiwi. Fue en casa de un vecino, que me dijo que la parte central, más blanquecina, sabía a plátano. Y así era.
Me acuerdo de mi abuelo poniendo a calentar los pies en el horno de la cocina de leña.
As pipas Facundo, e a boliña vermella do premio! Non estou certo, mais creo que nunca fun dos afortunados que recibiron outra bolsa de balde... 🥲
ResponderEliminarRecordo abrir o buzón, e subir correndo os chanzos co catálogo de Discoplay na man, para mergullarme logo naquel mar de portadas de vinilos de -case- todo o mundo. E tamén ter devolto algún por non telo pedido... Aínda hoxe, teño mala conciencia cando arengo á miña filla sobre Amazon e compaña... 🤭
Hostias, Discoplay¡! Le llegaba a mi hermano a casa. Recuerdo que ahí compramos una colección de cassettes de música clásica. Fantasía de catálogo¡!
EliminarMe acuerdo de Federico Martinón y de su consulta llena de libros en Juan XXIII.
ResponderEliminarSiempre que iba, me revisaba entera, me miraba los pies y me preguntaba "¿Tú te llamas... Pepe?" Y me enfadaba yo muchísimo, pero solo lo hacía para comprobar que razonaba de acuerdo a mi edad, jajaja. Fue quien le dijo a mis padres que la parálisis cerebral no me había producido retraso mental.
Oh, qué buena noticia. Que no te llames Pepe, digo, jajja.
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