"Era una hora en la que cada día me encontraba mejor, porque siempre sucedía algo, algún mínimo acontecimiento, nunca nada del otro mundo para mí: el tropezón de una señora gorda, por ejemplo, el viento de la bahía provocando el vuelo de una pamela que yo imaginaba infeliz, la bofetada terrible de un padre a su hijo, los pecados públicos de la taquillera del Venus, la entrada y salida de los parroquianos del Cadí."
(Muerte por saudade)
Es lo primero que leo de Vila-Matas y me ha gustado su curiosa forma de narrar. Por eso destaco este párrafo dentro de un libro que va de historias completamente surrealistas de suicidios, los cuales, muchas veces, no llegan ni a materializarse...
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