![]() |
Foto: Elena Dean @bicodepulga |
Seguir el sendero creado por otros es una opción. Trazar nuestra propia senda, atravesar la niebla, lo desconocido, las incógnitas, los deseos, es una elección. Nadie sabe, en realidad, cuál es el camino, porque hay muchísimas opciones, la mayoría correctas, pero tal vez solo una, apasionante. Decantarnos por ella depende de cada uno de nosotros. De nuestro coraje, de nuestra valentía, de nuestra falta de sentido común. Todos nos hemos equivocado más de una vez, pero sabemos que cometimos esos errores porque creíamos firmemente en ellos, porque movieron algo dentro de nosotros. Las pasiones que nos han cegado son nuestro ojalá definitivo. Nuestro riachuelo de agua turbia favorito. De nada sirve arrepentirse. Lo que cabe es aceptar y tratar de no volver a caer. O tal vez sí. Somos animales de costumbres, y una costumbre más es equivocarse, algo que no nos encanta, pero que es inevitable. Llegará un día en que se premien los errores, en que se dé un plus por fallar. Ahí estaremos, entonces, muchos de nosotros, agazapados, felices de que al fin, haya llegado nuestro momento. Y sea todo niebla.