lunes, 18 de mayo de 2015

En depósito


Tengo el clásico amigo moderno y el clásico par de tetas de siempre.
A veces llego a casa y me las toco, como mi buen amigo se imagina. Porque hasta los más modernos lo hacen, creedme. Y hasta los más clásicos pares de tetas se dejan tocar, llamémosle rutinaria búsqueda del mundano placer.
Que no son para tanto, le digo cuando las reta con la mirada.
Tampoco para menos, me responde ojiplático. Tampoco para menos.
Y es que a veces, tiene el día tontorrón. Que se recree ;).
Sabes que en cuanto mueras entraré al depósito a tocártelas, ¿no?
Yo me río y me lo imagino. Pues eso espero, la verdad.
Y es que se lo debo. Me ha querido siempre tanto, TANTO, que en alguna ocasión he deseado morirme, sólo para hacerlo feliz :).

2 comentarios: