jueves, 7 de mayo de 2015

Isaac


El dentista sonríe, te ofrece asiento, te extrae la podredumbre, te putea.
Te dejas. Es atractivo, es encantador. 
Te mira a los ojos. Tú a su alianza. Le das pie y se lo toma por su mano. 
Cuando sales de consulta sigue casado, pero se ha alegrado el día. 
Y sin tocarte. 
Me gusta el tipo. Me gusta ;).

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