"Es un día duro: me crujen todas las junturas del cuerpo. No hay forma de parar el declive. Como mucho de vez en cuando tienes días en que te molesta menos esto o lo otro, pero lo de encontrarte bien del todo se acabó. Ya no volverá a crecerte más pelo de pronto. Al menos no en la cabeza, aunque te salga por la nariz y las orejas. Las venas no se desatascarán. No desaparecerá ni una sola roncha y el grifo de abajo no dejará de gotear. Una carretera de sentido único que te lleva derecho al ataúd: eso es lo que es. Ya no volverás a ser joven, ni un solo día, ni una sola hora, ni un solo minuto."
En lo Países Bajos, también pasa.
ResponderEliminar¡Y yo que pensaba mudarme allí! Me quedo.
EliminarJa, ja, ja. No sé de dónde eres. Pero si quieres evitar envejecer y sobre todo, morir, la ciudad es Ourense. Aquí solo nos jubilamos, pero para fingir madurez y joderle las pensiones al Estado, ja, ja, ja...
EliminarAhora que lo estábamos pasando bien.....
ResponderEliminarEl dibujo de la barquita acercándose a la catarata sale en el libro Crisis de ansiedad (Juanjo Sáez). Que va a salir en nomelibro, claro ;). Lo estoy leyendo...
Eliminar