domingo, 9 de agosto de 2015

Haciendo tiempo. Leamos a Sonia Maestú.

 Me descubrí diciéndolo cuando lo hacía, fui consciente entonces de que no me veía en esas últimamente. El tiempo lo tengo copado. Dejo poco espacio a la magia, y la magia está ahí fuera para quien la quiera coger.  
..... Creo que, si puedo escoger, seré siempre optimista. El resultado es el mismo, pero se vive mejor, con más alegría.
Había viajado con calma, me había detenido una hora viendo el mar en un muelle, aparqué cerca de mi objetivo ya en la ciudad......... Tenía una hora para estar......sin hacer nada.
Me dejé rodar por la calle sin intención alguna, vi una tienda nueva con material para casa y más. Pedí permiso y entré. No se ha inaugurado, estaban completando la decoración.
No compro muchas cosas, no llevaba más que cinco euros para toda la tarde que se venía sin piedad llena de encuentros, mensajes, llamadas y …en breve,  me vería con un hombre de 91 años (bajando ocho pisos por escaleras interminables y rizadas) con un miedo atroz al caminar. // Me sujetaba con uñas y dientes, pero siendo independiente, es decir, imposible direccionarlo. Ponía el pié tras el bastón y tiraba el cuerpo en cada escalón sin dominio alguno. Sus delgadísimos dedos me hacían daño en el brazo, brazo que sujetaba con fuerza y hacía de timón en sus desembarques, cumplidos en cada escalón y su interminable caída. //
Encontré en la tienda algo muy útil para almacenar las cervezas en la nevera, y en la casa en la que estaba, vendría bien, y una, con todo el tiempo del mundo, como si lo fuera o fuese a comprar, le pregunté el precio.
¡Lo compro! (me llegaba), mientras lo empaquetaba en una bolsa me dijo, se lo regalo.
 Bueno, cuando salí con el paquete en la mano, la calle me pareció, como otras muchas veces, una calle brillante, cegadora. Ahí, con un pié fuera, regalada, recibo otro regalo, un querido que pensó en mí y me saluda. Descolgué el teléfono, me senté en una acera, respiré profundo, y a la primera pregunta contesté, estoy Haciendo tiempo.
Subí con fuerza los ocho pisos.  Me escribieron mientras entraba, el día guardaba más sorpresas, no acabaron ahí.
Bajandooooooo.....
Al cuidador, joven y fuerte, le sugerí que bajase delante, así nos amortiguaría en caso de una probable caída. Bajaba delante con maleta y andador. Uno, 91, y una, 58, haciendo fuerza para llegar vivos. Todo salió bien. Sentí sus nervios, sus años, su tiempo. Viajamos juntos en aquel descenso de noria. Llegamos empapados.
Todo el tiempo que no hice, que fue poco, se llenó de recuerdos......Haciendo tiempo.

4 comentarios:

  1. Gracias Sonia, por aparecer de la nada con todo esto. Muchas gracias por tu colaboración.
    Sentí sus nervios, sus años, su tiempo... qué bueno es esto...
    Me encantan las optimistas. Además, todo salió bien!!! :))). Ja, ja, ja. GRACIAS.

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  2. "El resultado es el mismo, pero se vive mejor, con más alegría" :)

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  3. Gracias Sonia por compartir tu magia, la que tiene tu mirada, tus manos, tu hacer y por supuesto tu palabra...

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