lunes, 2 de diciembre de 2019

Diciembre


Ni siquiera estoy aquí,
dentro de este cuerpo
que mira al camarero golpear el cristal
y a su cliente hacer señas
desde el otro lado.
Ni siquiera soy esta que bosteza,
cansada del día a día,
disimulando frente a la vida.
No soy yo
la sangre que palpita en mis muñecas
el arco de mi espalda
el sudor de estas manos vacías.
Nunca más seré yo,
desde que he decidido irme.

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