"Tengo treinta y tres años y la impresión de que ha pasado mucho tiempo y que cada vez pasa más deprisa. Cada día tengo que llevar a cabo más elecciones acerca de qué es bueno, importante o divertido, y luego tengo que vivir con la pérdida de todas las demás opciones que esas elecciones descartan. Y empiezo a entender cómo, a medida que el tiempo se acelera, mis opciones disminuyen y las descartadas se multiplican exponencialmente hasta que llego a un punto en la enorme complejidad de ramificaciones de la vida en que me veo finalmente encerrado y atrapado en un camino y el tiempo me empuja a toda velocidad por fases de pasividad, atrofia y decadencia hasta que me hundo por tercera vez sin que la lucha haya servido para nada, ahogado por el tiempo. Es terrorífico. Pero como son mis propias elecciones las que me encierran, me parece inevitable: si quiero ser adulto, tengo que elegir, lamentar los descartes e intentar vivir con ello."
Mostrando entradas con la etiqueta David Foster Wallace. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta David Foster Wallace. Mostrar todas las entradas
martes, 22 de septiembre de 2020
Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer
Etiquetas:
Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer,
David Foster Wallace,
Editorial Debolsillo
miércoles, 14 de marzo de 2018
Esto es agua
"Dos peces jóvenes nadan en paralelo y se encuentran a un pez mayor que nada hacia ellos y los saluda: "Buenos días, ¿qué tal está el agua? Los dos peces jóvenes siguen nadando hasta que uno le pregunta al otro: “¿Qué diablos es el agua?."
Vídeo: Esto es agua
Etiquetas:
Arturo Muñoz Vico (traducción discurso original),
Cuando el río suena,
David Foster Wallace,
Esto es agua,
Girasoles,
Rozalén
domingo, 25 de octubre de 2015
Hombres muertos que caminan (52)
_rarunadas
Te
hundes en la confusión.
Y
entonces conoces a una persona extraordinaria y divertida,
triste
y excepcional.
Era curiosa. Un personaje.
Hacía listas de palabras. Decía que
eran préstamos, robos o regalos que de vez en cuando repasaba, para
recordar a las personas a quienes se las había escuchado.
Si le preguntabas, se entusiasmaba y te
contaba con detalle la historia que había detrás de cada una. Le
gustaba mucho jugar a este juego de cría.
Era raro. Y conmovedor.
Un día, le pregunté qué haría si
tuviese que escoger.
Pues no hacerlo.
Eligió no elegir.
Etiquetas:
David Foster Wallace,
Hombres muertos que caminan,
rarunadas,
Susana Pereira Fiuza,
Teléfono de la Esperanza (902 50 00 02),
telefonodelaesperanza.org
Suscribirse a:
Entradas (Atom)