Es el menú más barato
y por eso lo pido,
para poder escribir
sobre todo ese tiempo ganado,
consiguiendo llegar a fin de mes, dignamente,
con una profesión a cuestas,
que es como un ataúd
de caoba.
Con la alegría de la creación,
entre las manos y las cejas
y un dolor por dentro
que a veces crece como un niño.
Que me impide ver lo bueno
que hay
en cada plato de fideuá.
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