P.K:, empleada de la limpieza en las oficinas de Morgan Company en Nueva York, se puso el pasado miércoles la chaqueta al terminar su trabajo, metió la mano izquierda en la manga y se quedó desconcertada al no verla salir por el otro lado. En algún punto de ese largo recorrido la mano se extravió y ahora no sabe encontrar la salida. El novio de P.K. la ha buscado con ahínco y sin resultado. "Puede estar en cualquier sitio", ha declarado, "hay como otro continente ahí dentro."
"Y quién sabe si no habrá también otras manos", ha añadido con angustia.